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Garfio

  • Foto del escritor: Manuel González
    Manuel González
  • 15 nov 2016
  • 4 Min. de lectura

(Garfio) Llevamos 3 años siguiéndolo, ¡tres malditos años! siguiendo a ese mocoso y a su mugrosa tropa de vándalos enanos y apestosos… ¡Smee! ven en este instante.

(Smee) A sus ordenes mi capitán. :S

(Garfio) ¿Dónde está Peter Pan y porque no está muerto?

(Smee) Pues no lo sé capitán, pero seguro ya ha de estar más que muerto. ¿No cree que deberíamos de dejar de buscarlo?

(Garfio) ¿Estas loco?... ¿Has vuelto a beber de las botellas de la bodega verdad?. Si tu mal estado no te deja recordar bien, ese mugriento niño me hizo esto…

… Me cortó la mano y se la dio a un cocodrilo como alimento, al parecer aun no te queda clara la historia así que te la volveré a contar, para que también mi nueva tripulación la escuche y lo puedan odiar tanto como yo.

Todo comenzó hace aproximadamente 4 años y medio, cuando encontramos el tesoro de un buque que había naufragado en la isla de las Tortugas, esa noche toda la tripulación festejó y se embriagó, mientras yo disfrutaba de la felicidad de todos desde el timón, ya que al ser el capitán no me puedo dar el lujo de perder la compostura en mi barco, aunque la alegría que se respiraba esa noche en el barco era suficiente como para embriagarme de felicidad.

A la mañana siguiente tocamos tierra para reabastecernos, paramos en la isla de las Mil Maldiciones, (mugrienta isla con su cochino nombre, debimos haber hecho caso al nombre y alejarnos de ella) lo que no sabíamos era que ahí se encontraba la tripulación Hood, esa tripulación tiene la fama de ser los “buenos” ya que le roban a los ricos para dárselo a los pobres. No me considero una persona ejemplar, pero hasta yo se que eso no está bien, robarle a alguien sólo porque tiene dinero no es correcto, si sólo le robara a los ladrones podría ser “correcto” o hasta un cierto punto comprensible, pues ya saben lo que dicen, “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”, pero este no es el caso ellos son unos ladrones, nos robarían todo, y cuando digo todo, me refiero a TODO, incluyendo nuestro barco.

Después de eso nos quedamos sin nada, así que hablé con el “gran jefe” Barbanegra, cuando le expliqué lo sucedido, le pedí de favor que si podiía prestarme uno de sus barcos, para así recuperar el jugoso tesoro que suciamente nos habían quitado, él accedió, con la única condición de que le diéramos la mitad del botín.

Después de un año encontramos a esos asquerosos ladrones en la isla de Nunca Jamás, así que procedimos a recuperar lo que por derecho era nuestro, pero decidimos hacerlo de una manera civilizada, sin lastimar a nadie y aunque si merecían morir, preferímos solo dedicarnos a recuperar lo nuestro ya que matar o lastimar a alguien implicaba un daño mayor, además de que eso desencadenaría muchos problemas y no era lo que queríamos, solo buscábamos justicia. Nos escabullimos por la noche y fuimos recuperando todos nuestros objetos, pieza por pieza y subiéndolas a nuestro nuevo barco, cuando estaba todo arriba zarpamos rumbo a nuestro hogar. Mientras estábamos en camino, levanté la mano izquierda con una copa de ron, para hacer un brindis en honor a nuestra pacifica y gloriosa victoria, cuando de la nada apareció volando un maldito mocoso vestido de verde, que sacó su espada y me cortó la mano, después se postró frente a mí levitando, y mientras sostenía mi mano que a su vez, sostenía la copa, dijo: -a tú salud bacalao- le dio un trago a la copa y lanzó mi mano al mar infestado de cocodrilos, vi en cámara lenta como volaba por los aires, en dirección a un cocodrilo gigante, que abrió sus enormes fauces para devorarla.

Desde ese día odio a ese tal Peter Pan, y decidí dedicar mi vida a hacer su vida miserable. Claro que he pensado en olvidarme de todo y dejarlo pasar, pero cuando me despierto pensando en eso, me asomo por la borda y veo a ese aterrorizante cocodrilo que me sigue a todos lados todo el tiempo. ¡Siempre está ahí! Pegado a mí como si fuera una sombra, tan solo esperando a que cometa el más mínimo error para devorarme, ¡claro! mi sabor es tan delicioso que no se rendirá hasta tener la pieza completa.

Lo peor de todo esto, es que ese enano volador conoció a un señor llamado Walter Elias Disney, que escribió una historia en la que yo era el malo, y ahora todas las personas me odian, a donde quiera que voy me insultan y recibo malos tratos, esa es la razón por la que vivo en el mar y nunca toco tierra... Esa es mí trágica historia, y esa es la razón por la que odio a Peter, todo tiene una razón de ser, ya dejen de creer todo lo que ven en la tele y comiencen a cuestionar las coas.

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